Testimonio
1:1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que vivimos y que han sido ciertísimas.
1:2 Nos ha parecido bien a nosotros que hemos sido testigos fieles del poder de Jesucristo Hijo de Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra; escribir con diligencia y desde su origen, nuestras experiencias, tal y como sucedieron.
1:3 Es nuestro inmenso deseo dejarles por escrito estas experiencias, para que conozcan bien la verdad en la cual serán instruidos.
1:4 Rogamos en nuestras oraciones, que nuestro hermano Teófilo, tenga buen cuidado de estos escritos, y se los haga llegar a la brevedad, para que ninguno de ustedes se aparte de estas enseñanzas por ningún motivo.
1:5 Todo aquel que enseñe o siga otra doctrina contraria a lo que nos enseñó Jesucristo; sea anatema.
1:6 Algunos de los nombres de los que vivimos estas experiencias, como de aquellos que las escribimos, se mencionarán conforme se desarrolla la historia.
Jesucristo es El Mismo Ayer, Hoy, y Por los Siglos
1:7 En el principio Jesucristo es desde el principio, y siempre ha estado ahí (era, y es el Verbo) y el Verbo, está con (Dios Altísimo) o sea que uno y otro platican entre sí.
No significa que los dos eran uno solo.
Son dos personajes diferentes, pero iguales en todos aspectos.
Porque en el reino de los cielos, todos son iguales, no hay Dios, no hay Padre, no hay Hijo, no hay mayor ni menor, no hay señor ni siervo, fuerte o débil, rico o pobre, no hay jerarquías, no hay milagros, porque no hay necesidad de nada, pues todas esas cuestiones solo se necesitan en la tierra.
Todos trabajan en una unidad perfecta, y nosotros solo nos limitamos a pensar y deducir lo que leemos de una forma que podamos comprender, pero hay mucho más que no podemos entender o captar.
era el Verbo, y el Verbo era con Dios Altísimo, y el Verbo era Dios Altísimo. Este era en el principio con Dios La palabra “Dios” no es un nombre propio, por lo cual no existe ningún problema en mencionarlo como muchos argumentan.
Más bien, es calificativo, y solo se usa como para distinguir a un ser de otro, y recalcar que, por el hecho de ser Dios, tiene poderes o habilidades que un ser humano no posee.
Y usando la palabra “Dios” comprendemos mejor, por ser la más apropiada para estos casos.
Pero la debemos de escribir con mayúscula, para diferenciarlo de los dioses terrenales que el hombre ha inventado.
Por esa razón también lo llamaremos
“El Altísimo, El Todopoderoso, El Eterno”
para evitar confusiones.
Altísimo.
1:8 Todas las cosas por Ellos La referencia de que en el reino de los cielos son muchos los habitantes, y de que viven en otra dimensión o galaxia, se encuentra en Génesis 1:26
donde Dios Altísimo dice; “hagamos al hombre a nuestra imagen” está hablando en plural.
Indicando que se dirigía a alguien más.
Génesis 18:2 nos lo confirma, al decir;
“Tres varones”. fueron hechas, y sin Ellos, nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
1:9 En Ellos está la vida, y la vida es la luz En Ellos está la vida y la luz, por lo tanto,
tienen control sobre ellas eternamente.
La vida es la luz de los hombres, y las tinieblas la muerte, y no prevalecerá la muerte sobre la vida nunca, como no prevalece la obscuridad sobre la luz. de los hombres.
1:10 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Testimonio de Juan
1:11 Hubo un hombre llamado Juan, enviado por Ellos La transfiguración nos enseña que todos viven, que se pueden dejar ver por los humanos cuando “Ellos” quieran, que tienen a cargo labores que cumplir, y que trabajan en unidad.
Mateo 17:3
Son muy claras las evidencias, pero, es algo que nuestros antepasados no pudieron comprender,
y por esa razón nos enseñaron lo que pudieron captar.
sí que, Juan fue enviado por “Ellos” con el único propósito de que abriera la brecha del evangelio, y diera testimonio de Jesús, quien ya pronto iniciaría su ministerio.
Y Juan cumplió al 100 % su misión.
La luz representa la vida, la verdad, y la eternidad entre otras cosas.
Y Juan vino a dar testimonio y a proclamar que Jesús nos enseñaría sobre todo eso al presentarnos su doctrina.
Después lo afirmaría con su muerte, y para cerrar con broche de oro, lo sellaría con su resurrección. , para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por lo que decía.
1:12 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz fue enviado.
1:13 Y Juan dio testimonio de Jesucristo clamando y diciendo: “Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.”
1:14 Él es la luz verdadera que alumbra a todo hombre, y viene a este mundo Y dejando Jesucristo su trono de gloria,
fue enviado a este mundo, a vivir entre nosotros
y como nosotros, dándonos de esa forma confianza, fe, esperanza y vida.
Dejo su trono y vino a la pobreza, para que nosotros dejáramos la pobreza y tomáramos el trono. .
1:15 El mundo por Él La frase “por Él fue hecho” no significa que es el único que existe en el reino de los cielos.
Sino más bien se refiere a Él; porque fue el escogido para la tarea asignada, la cual ya todos conocemos. fue hecho; y en el mundo estuvo, pero el mundo no le conoció.
1:16 Y de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia La ley que Moisés expuso al pueblo, caducó al iniciar Jesucristo su ministerio, pues introdujo el nuevo pacto, o pacto de la gracia, el cual nos trae privilegios, pero también responsabilidades, que son activados por fe.
Y mientras no iniciaba su ministerio, cumplió la ley al pie de la letra. .
1:17 Pues la ley Es muy claro este verso al indicarnos que cada uno tenía un trabajo y propósito diferente.
El pacto de la ley pasó, y ahora estamos bajo
“la gracia y la verdad” por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad Ya más claro no se nos puede explicar.
Jesucristo nos ofreció algo que la ley no pudo lograr.
Gracia, fe, verdad, conocimiento, vida eterna. , vinieron por medio de Jesucristo.
1:18 A Dios Omnipotente y Poderoso, creador del cielo y de la tierra, nadie le vio jamás En el reino de los cielos, todos se conocen.
Pero hablando de los terrestres, solo algunos han visto a Dios Altísimo, representado en otro Ser Celestial como nos lo muestra el Antiguo Testamento, y como lo vieron en la persona de Jesús.
Y de acuerdo a sus palabras, si guardamos sus mandamientos, un día estaremos con “Ellos” y seremos lo que “Ellos” son.
Y todo por la gracia que se nos concedió por medio de Jesucristo.
Algo que ni la ley, ni nadie más, nos pudo conseguir.
Misterio que muchos no comprenden todavía.
; el unigénito Hijo Se le llama unigénito o primogénito hijo, porque fue Jesús el primero y único en ser llamado hijo de Dios Altísimo en esos tiempos.
Y de esa forma instituyó, una maravillosa familia por fe, así que, después de Él seguimos nosotros.
Antes de Jesús nadie podía llamarse hijo de Dios Altísimo, porque era blasfemia. , que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.
Misterio que Pocos Entienden
1:19 A lo suyo vino Jesús fue escogido para introducir al mundo un nuevo pacto, (suyo vino) el cual incluye entre muchas otras cosas, el privilegio de la vida eterna,
y de que seamos llamados hijos del Altísimo; Y eso, muchos no lo quisieron aceptar, y optaron mejor por rechazarlo. , pero algunos de los suyos, no le recibieron.
1:20 Más a todos los que le recibieron, a los que creen Requisitos para poder ser llamados hijos de Dios Altísimo, y ser aceptados en el reino de los cielos para vida eterna.
Creer por fe en Jesucristo, y ser obedientes. en su nombre, les dio potestad de ser llamados hijos de Dios Altísimo Publicar o proclamar que somos hijos de Dios Altísimo, equivale a que tenemos atributos iguales, y que los pondremos por obra, entre aquellos que no lo conocen.
Esa es la labor que se nos encomienda como hijos.
Pero solo aquí en la tierra, porque en el reino de los cielos todos son iguales.
No hay mayor ni menor, y las cosas terrenales ya no se necesitan. ; los cuales no son engendrados Este misterio pocos lo han entendido.
Nadie se puede llamar cristiano, ni hijo de Dios Altísimo, si no ha sido engendrado por el Espíritu de Poder y Verdad, lo cual genera un nuevo nacimiento. de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino del Espíritu de Poder y Verdad Nadie puede comprar este don maravilloso que Dios Altísimo nos otorga por medio del Espíritu de Poder y Verdad.
Es gratis o por gracia, y lo podemos obtener, tan solo por creer en Jesucristo, y ser obedientes.
Esto, es lo que ni Moisés ni nadie más, pudieron lograr. , el cual recibimos del creador del cielo y de la tierra.
1:21 Y aquel Verbo fue hecho carne Y Jesús siendo Dios Todopoderoso,
no escatimo el vivir ente nosotros como humano, para conseguirnos lo que nada ni nadie nos pudo conseguir.
Una nueva familia por fe, confianza, esperanza y vida eterna. , y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre Por esa razón Jesús es llamado “Unigénito” hijo de Dios Padre, porque fue Él quien inició todo lo que el nuevo pacto nos consiguió, abriendo la puerta para que pudiéramos ser llamados hijos de Dios Altísimo, siendo primero Él en todo, e instituyendo una nueva familia.
Anteriormente era blasfemia que alguien se llamara “hijo de Dios Altísimo”.
Pero todo esto es solo aquí en la tierra, porque en el reino celestial todos seremos iguales.
No hay jerarquías de ningún tipo. , lleno de gracia y de verdad.
1:22 Y ésta maravillosa historia de fe y esperanza que Jesucristo nos legó, dio inicio cuando un Ser Celestial anuncia al sacerdote Zacarías, el nacimiento de su hijo Juan.